La Fuente el Sol, ¿sólo un parque?

José Antonio García Alfonso. - Biólogo

La Fuente el Sol es un parque periurbano situado en las inmediaciones del barrio de La Victoria. En él encontramos, conviviendo juntas, especies vegetales introducidas por el hombre hace varias décadas, y otras típicas de los ecosistemas regionales. El núcleo principal del parque ocupa una vaguada natural, que ha sido generada por la incisión que una antigua corriente de agua esculpió poco a poco en el borde del páramo. No obstante, el área útil del parque se extiende más allá, hacia la plataforma aledaña de la cota superior.

En el fondo de la vaguada discurre un pequeño arroyo que recoge las aguas brotadas de varios manantiales, a través de los que descarga parte del agua acumulada en el acuífero del páramo. El manantial más importante es el que alimenta a la fuente, aunque el agua que brota en las demás surgencias procede de la misma bolsa, por lo que las propiedades físicas y químicas son idénticas.

 
- Pino Carrasco -

La mayor parte de los árboles que dieron origen al parque fueron plantados por presos durante la guerra civil, aunque la utilización y aprovechamiento de los recursos de la zona se remontan mucho tiempo atrás. Se tiene constancia de que en el año 1603 se canalizaron las aguas de la Fuente el Sol, para abastecer a la zona de la ciudad de la margen izquierda del río, levantándose una terminal delante del Monasterio de Nuestra Señora de La Victoria. En lo que a recursos naturales se refiere, la Fuente el Sol puede ser considerado un parque privilegiado dentro del contexto urbano de Valladolid. En él podemos disfrutar de aspectos gran interés, tanto en el ámbito de la geología como en los de la flora y la fauna.

Geológicamente, el visitante puede contemplar directamente los resultados de algunos procesos acaecidos en otras épocas, pudiendo hacer una reconstrucción del paisaje de tiempos lejanos. Desde la plataforma superior podemos observar las terrazas fluviales que caracterizan la zona, originadas por el desmantelamiento del páramo a manos de cursos de agua de mayor envergadura que las actuales. Las corrientes del cuaternario antiguo (periodo geológico comprendido desde hace unos 2 millones de años hasta nuestros días), fueron dejando su testimonio en forma de depósitos de cantos rodados, arenas y limos, que hoy afloran como conglomerados en los cortes de los cantiles superiores.

 

Recorrido guiado por el Parque "La Fuente el Sol".

Como ya se ha comentado, la flora es una mezcla de especies exóticas, introducidas por el hombre, y otras autóctonas, que han logrado instalarse en algunos enclaves del parque. Entre las especies introducidas destacan los árboles como el ciprés común y el ciprés de Monterrey, con presencia de algunos ejemplares de gran porte, que, según se dice, son los de mayor envergadura de la ciudad. El pino carrasco ocupa la ladera izquierda y las plataformas superiores, y las falsas acacias y plátanos de sombra se encuentran en el entorno de la fuente. La vaguada aparece ocupada por chopos y álamos, ambas especies típicas de cursos fluviales naturales, encontrando aquí variedades de vivero que, no obstante, generan una acogedora y fresca alameda. Junto a las especies anteriores encontramos otras que han colonizado la zona de forma natural, destacando una interesante orla de espinosas que ofrece cobijo y alimento para una variada fauna. Las especies principales son el espino albar, el rosal silvestre, la zarzamora, y las formaciones de hiedra que trepan enmarañadas a los troncos de los árboles, recreando así el paisaje de algunos bosques de ribera naturales.

En las laderas soleadas y expuestas aparece un cortejo de especies arbustivas de pequeña talla, típicas de laderas con suelos raquíticos, pobres y muy insolados. Entre ellas se puede destacar el lino de monte, la salvia, el tomillo salsero, el té de páramo, la candilera, la hierba de las siete sangrías, el chucarro blanco y la flor de abeja. Ésta última es una especie de orquídea, cuya flor imita la forma y colores del insecto, atrayendo a los machos para facilitar la polinización. Junto al regato crece la menta de burro y el junco churrero, ambas especies muy ligadas a las zonas con elevada humedad edáfica (del suelo).

Este panorama florístico propicia que la riqueza faunística del parque sea considerable. El grupo más importante es el de las aves, por su abundancia y variedad, aunque también lo habitan algunas especies de reptiles, anfibios y mamíferos. El número de especies de aves que aparecen en este parque a lo largo del año sobrepasa la media centena. Algunas permanecen en él todo el año, otras durante la época reproductora o la invernada, y otras solamente hacen acto de presencia durante las migraciones o desplazamientos propios de la especie.

Algunas pequeñas avecillas llenarán de sonidos y color las primaveras de la Fuente el Sol. Ruiseñor común, mirlo común, jilguero, verdecillo, verderón común, chochín o agateador común son algunas de las pequeñas aves habituales en el parque. También podemos escuchar el tamborileo de dos integrantes del grupo de los familiarmente denominados pájaros carpinteros: el pito real y el pico picapinos. Las golondrinas comunes, aviones comunes y vencejos comunes son habituales en las laderas próximas, donde se afanan en la captura aérea de insectos.

 

Plantación / Repoblación Ciudadana

 

Incluso es posible observar algunos ánades reales que aprovechan la escasa afluencia de público en los días fríos de invierno o inicio de la primavera, para acercarse volando desde el canal y escudriñar el regato en busca de alimento. En invierno nos visitan algunas aves viajeras procedentes de otros lugares de la península y otros países europeos. Es el caso del bisbita común, el petirrojo, el lúgano, el zorzal común, el piquituerto o el reyezuelo listado.

No faltan las especies representantes de otros grupos de vertebrados, como la liebre ibérica, el conejo o el sapo común, cuyos renacuajos son fáciles de observar en las zonas remansadas del arroyo. La presencia de este anfibio es muy interesante, teniendo en cuenta que pertenece a un grupo de animales que están sufriendo una regresión generalizada en toda la península. Los reptiles también están presentes y, además de la común y conocida lagartija ibérica, el parque cuenta con la presencia de, al menos, una serpiente: la culebra bastarda. Su presencia, lejos de representar un peligro, indica un aceptable estado de conservación del entorno.

El mismo regato, aunque humilde, guarda una sorpresa en forma de unos pequeños crustáceos, similares a gambas minúsculas, que viven entre las hojas caídas. Aunque no es una especie rara, su presencia en el parque no deja de ser un añadido a su gran interés biológico.

En definitiva, nos encontramos ante un entorno privilegiado de nuestra ciudad, que guarda y ofrece un magnífico tesoro natural, y sobre el que, sin embargo, se ciernen algunas amenazas. De nosotros depende la conservación futura del Parque de la Fuente el Sol.

Recogida de firmas  reclamando mejoras  del Parque de"La Fuente el Sol".